Las capas del hombre

Una cebolla tiene muchas capas. Un hombre es muy semejante a una cebolla. 
La capa exterior es aquella que se antepone a la capa del yo, que viene a ser la capa de la imagen, de la cual se suele dar mucho culto en nuestros días, siendo estas las capas las más duras y secas de todas.

La vía férrea


La vida del hombre puede ser semejante a la de una máquina ferroviaria, puede moverse libremente, pero siempre debe de ser sobre unos raíles que en nuestro caso representan el cumplimiento de las Leyes de Dios.

El Puerco espín

Durante la era glacial, muchos animales morían por causa del frío. Los puerco-espines, percibiendo la situación, resolvieron juntarse en grupos, así se abrigaban y se protegían mutuamente, más las espinas de cada uno herían a los compañeros más próximos, justamente los que ofrecían más calor. Por eso decidieron alejarse unos de otros y comenzaron de nuevo a morir congelados. Entonces precisaron hacer una elección: o desaparecían de la tierra o  aceptaban las espinas de los compañeros

La huella de Dios

Estaba una vez un joven africano que creía en Dios y uno del poblado que no creía en su existencia, quiso burlarse del joven, y dejarlo en evidencia por sus creencias, cuando este joven se le acercó, le pregunto:

‑  “¿Cómo sabes tú que existe Dios, Daniel?”

Daniel, a su vez, respondió:
- “¿Cómo sabes tú que una PERSONA, o un PERRO, o un BURRO ha estado alrededor de tu choza?.

‑  “Lo descubro por las huellas que dejan en la arena del suelo”.

‑“ También yo descubro a Dios por las huellas que deja, la Huella de Dios”.

Cuantas veces, nos cuesta descubrir en la naturaleza la “huella” de Dios, pues toda la creación, nos habla de su existencia, solo, se requieren ojos capaces de DESCUBRIRLO.

El camino hacia la vida

Quien se encuentra con Jesús halla “el VERDADero CAMINO hacia la VIDA”.

Los que están en camino de búsqueda son capaces de reconocer a Aquel que da sentido a su caminar, que transforma incluso sus miradas. En Jesús se transparentan los mejores deseos del hombre. Su senda es familiar, porque estamos llamados al Amor y a vivir desde el Amor

El camino de Jesús, en un mundo oscuro, gris y de suciedad, es un cuadro cargado de vida y de color. El color verdadero de la existencia está en Jesús. Él nos conoce y conoce cuál es nuestro fin, la invitación que nos hace el Padre.

¿Seguirías TU su camino?